La imaginación contra el mundo (mira tú por dónde, Einstein tenía razón también en esto)
"La imaginación es más importante que el conocimiento". Seguro que conoces esta célebre cita de Albert Einstein. Pues si lo dijo uno de los tipos más requetelistos de la historia, por algo sería ¿no?
Si preguntamos cuál es la clave del aprendizaje, la mayoría de la gente responderá que el conocimiento.
Memorizar datos, entender teorías, resolver problemas….
Y, sin embargo, uno de los mayores genios de la historia nos dejó claro que la imaginación es aún más importante.
Pero ¿por qué? ¿Acaso el conocimiento no es esencial?
Por supuesto que sí. Pero no lo es todo.
Sin imaginación, el conocimiento es estéril. Y te lo demuestro.
Saber cómo funcionan las cosas no significa que puedas innovar con ellas.
Comprender una teoría no significa que puedas pensar más allá de ella.
Acumular datos no significa que puedas crear algo nuevo con ellos.
Ahí es donde entra la imaginación: en la capacidad de ver lo que no está aún escrito, de conectar puntos donde nadie más los ha visto.
Es ahí donde cometemos el gran error de subestimar la imaginación.
Desde la infancia, se nos inculca la importancia del conocimiento. Se mide el éxito académico teniendo en cuenta lo que se recuerda, lo que se sabe, lo que se puede repetir en un examen.
Vale, háblame de competencias y de todo lo que quieras. Pero, al final, o sabes o no sabes.
Y con competencias y todo, la imaginación no siempre tiene un lugar en la evaluación escolar, no el que se merece.
No hay calificaciones para el pensamiento divergente. Si acaso, negativas.
No se premian las preguntas que desafían el programa establecido. Si acaso, restan.
Esto nos lleva, muchas veces, a personas que memorizan mucho, pero que piensan poco. Que escriben lo que saben que les da buena nota, sin plantearse siquiera otra cosa (o ahogando las ganas de hacerlo).
Ya hablamos de ello en una edición anterior: la imaginación es el motor del aprendizaje.
La imaginación no es un lujo ni una fantasía infantil. Es la base de todo avance humano. Cada invento, cada revolución científica, cada salto tecnológico ha nacido de alguien que se atrevió a imaginar una posibilidad distinta.
Cuando una niña o un niño imagina, está practicando el pensamiento abstracto, la resolución creativa de problemas, la capacidad de visualizar alternativas. Y eso, al final, es lo que permite que el conocimiento crezca y se transforme.
La imaginación es el ingrediente no-secreto que hace que el conocimiento deje de ser algo muerto y se convierta en algo vivo, en algo que puede cambiar el mundo.
Así que, la próxima vez que alguien te diga que "soñar despierto" es perder el tiempo, recuerda, como mínimo, a Einstein. Y si te acuerdas de mí, pues mira qué bien.
Con cariño,
Eva María