Cosas que pasan cuando mezclas números con pollos
Un día estábamos jugando a sumar cosas… y lo que salió fue tan inesperado que todavía me estoy riendo.
¿Te acuerdas de mi hijo el mediano, el que salvó a los dragones de la extinción con tan solo 5 años? Te lo conté en esta edición. Hoy te traigo otra de sus anécdotas.
A mi Angelito siempre le han gustado los números. Ya antes de saber qué eran y para qué servían, el chaval te hacía una cuenta, o algo así.
En el momento en el que escribo esta edición, el muchacho está a punto de cumplir 16 años. Y sigue haciendo lo mismo, aunque ahora mucho más elaborado, claro. Si quieres hacerlo feliz, dale algo con lo que hacer una cuenta.
Lo que te vengo a contar ocurrió cuando era muy pequeño. No me acuerdo muy bien, pero no tenía más de 4 o 5 años.
Estábamos mis tres prendas y yo jugando a sumar cosas. Fue algo así.
—¿Uno más uno?
—¡Dos!
—¿Un perro y otro perro?
—¡Dos perros!
—¿Beso más beso?
—¡Dos besos…. y un abrazo!
—¿Chuche más chuche?
—Pocas, dame más.
—¿Un pollo más un pollo?
—¡Dos pollos!
—¿Pollo más uno?
—¡POLLUNO!
🤣🤣
Ese último era Angelito.
Cada vez que lo cuento acabo llorando de la risa. Si no me lo comí, poco le faltó.
Lo piensas y es que es de una lógica aplastante.
¿Qué haces cuando no puedes sumar dos cosas insumables?
¡Pues te lo inventas, por supuesto!
Moraleja: de cualquier cosa puedes hacer un juego. Lo único que necesitas son tiempo, ganas y echarle imaginación.
Otro día te cuento más juegos con números.
Con cariño,
Eva María
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